El uso de fuentes de lactosa soporta el crecimiento de los lechones en fases iniciales y facilita la transición fisiológica de un alimento que tiene como principal fuente de energía la lactosa hacia una dieta en la cual la energía es obtenida a partir de carbohidratos de mayor complejidad y lípidos. Por esta razón, se han planteado procesos progresivos de reducción de las fuentes de lactosa (Tabla 1) con el objetivo de mantener los parámetros productivos, la rentabilidad y la efectividad del negocio (Mavromichalis, 2006).La utilización de carbohidratos simples es una estrategia viable para reemplazar el uso de la lactosa en la dieta de los lechones en etapas iniciales, reduciendo el costo de la alimentación sin afectar las tasas de crecimiento y el estado de salud de los animales. Sin embargo, por razones fisiológicas asociadas a la limitada producción de amilasas (Figura 1) se prefiere emplear como fuente de energía la lactosa sobre los almidones, aunque si es posible emplear monosacáridos como la glucosa (conocido comercialmente como dextrosa), fructosa y maltosa u oligosacáridos como la sacarosa y la maltodextrina, que son por lo menos igual de eficaces para asegurar el crecimiento de los lechones destetos.
Uno de los ingredientes que pueden ser empleados como reemplazo al uso de lactosa o subproductos de origen láctea es la dextrosa monohidratada obtenida a partir de un proceso de hidrólisis del almidón. Este está compuesto por glucosa cristalizada que contiene una molécula de agua por cada molécula de glucosa. Teniendo en cuenta que tiene un 90 por ciento de carbohidratos es posible aseverar que tiene igual cantidad de lactosa equivalente.
Los lechones pueden utilizar la dextrosa con la misma eficacia que la lactosa desde el primer día de vida. Sin embargo, existen algunos puntos clave a tener en cuenta como la presentación del alimento. En el caso de ofertar alimentos en harina, se sugiere tener porcentajes de inclusión con un máximo de 5% para evitar problemas de apelmazamiento por su característica higroscópica mientras que en el caso de alimentos peletizados es posible tener mayores niveles de inclusión, (entre un 8 y 10%) sin tener problemas de apelmazamiento.
Un trabajo realizado en Francia (Tabla 2) permitió evidenciar que no hubo diferencias en el rendimiento productivo de animales destetos al día 28 de vida hasta el día 44 alimentados con dietas que contenían una fuente de lactosa (tratamiento control con 10,3% de lactosuero) o dextrosa monohidratada con niveles de inclusión de hasta el 8% (Gard et al., 2015).
La utilización de la dextrosa es una alternativa viable para reemplazar parcialmente el uso de fuentes de lactosa en las primeras fases de alimentación de los lechones reduciendo los costos de producción, manteniendo los parámetros productivos y sanitarios de los animales.