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El formiato de sodio puede ser utilizado como una fuente de sodio libre de cloro que permite optimizar el balance electrolítico (dEB por su nombre en inglés dietary electrolyte balance) del alimento de los animales, la importancia de este parámetro radica en su relación con la respuesta animal y la resiliencia de los individuos frente a las condiciones de estrés por altas temperaturas. El cálculo convencional del dEB tiene en cuenta los porcentajes de los iones monovalentes sodio (Na), potasio (K) y cloro (Cl) (Jones et al., 2019) como se describe en la ecuación que se muestra a continuación (Mongin, 1981). 

𝑑𝐸𝐵 (𝑚𝐸𝑞/𝑘𝑔) =[(𝑁𝑎∗434,98) +( 𝐾∗255,74) –(𝐶𝑙∗282,06)]dEB (mEq/kg) =[(Na∗434,98) + K∗255,74 –(Cl∗282,06)]

Existen diferentes fuentes de sodio libres de cloro como el formiato de sodio, bicarbonato de sodio y sulfato de sodio (Tabla 1). Cada una con características y atributos específicos que interactúan con el animal a través del tracto digestivo. 

Parámetro  Sulfato de sodio  Bicarbonato de sodio  Formiato de sodio  Referencias 
Contenido de Na (%)  32  27,1  33  Análisis de laboratorio 
dEB (mEq/kg)  13.919  11.788  14.354  Mongin, 1981 

 Los niveles de sodio del formiato contribuyen positivamente con el balance electrolítico y por sus características químicas no modifica el pH estomacal. Una vez que el producto ingresa a esta porción del tracto digestivo del animal, se disuelve liberando iones de formiato y sodio, este último puede ser absorbido en el intestino mientras que el formiato se une a hidrogeniones formando ácido fórmico que contribuirá en la reducción de poblaciones de microorganismos potencialmente patógenos (Figura 1).

Trabajos realizados en aves de postura permitieron evidenciar una mejor respuesta animal asociada a la inclusión de formiato de sodio. Además, la inclusión de formiato de sodio generó una disminución numérica del pH en diferentes tramos del tracto digestivo junto con una mejora significativa de la concentración de Ca y P a nivel sanguíneo, lo que puede relacionarse con el efecto acidificante del formiato (Youssef et al., 2013).  

Figura 1. Efecto del ácido fórmico en la célula bacteriana 

Trabajos realizados en pollo de engorde permitieron identificar que la utilización de formiato de sodio en reemplazo total de la sal común en la dieta no afectó el desempeño productivo de los animales y la calidad de la canal (Silva et al., 2009).

Adicionalmente, en trabajos en pollo de engorde alimentados con dietas con reducción del aporte de calcio total y fósforo disponible junto con la adición de formiato de sodio se evidenció la mejora de la salud intestinal de las aves, en la utilización del calcio y el fósforo disponible, razón por lo cual el rendimiento productivo y las características de la canal no se afectaron al reducir el aporte de Ca y P disponible (Abdelhady et al., 2015). Por otra parte, la inclusión de formiato de sodio en cerdos en etapas iniciales mejoró la respuesta productiva de los lotes (Eidelsburger et al., 1993). 

De acuerdo con la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (2020) la máxima inclusión segura de formiato de sodio para todas las especies es de 10.000 mg equivalente de ácido fórmico por kilogramo de alimento completo con la excepción de los cerdos donde este valor asciende a 12.000 mg equivalente de ácido fórmico por kg de alimento completo. 

Puntos clave del formiato de sodio: 

  • Aporta sodio a la dieta mejorando el balance electrolítico 
  • No afecta el pH digestivo. 
  • Tiene un efecto modulador del microbioma intestinal. 
  • Mejora la salud intestinal y la respuesta productiva de los animales. 

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