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A mediados de Abril Jessica DeFino, reconocida editora especializada en belleza manifestó que el principal impacto de la pandemia en los consumidores de productos de cuidado personal se resume en un poderoso insight: en sus mentes ya saben cuáles son los productos cosméticos realmente necesarios y cuales, a la larga, solo se buscan tener.

Esta afirmación va acompañada de dos hallazgos adicionales: el primero, la cosmética se transformará gradualmente hacia una industria que atienda de manera holística la salud, y el segundo, los conceptos ECO se terminarán de incorporar rápidamente en el mercado a causa de la percepción de que la tierra está sanando y nosotros debemos contribuir con esta misión.

Dentro de los innumerables pronósticos que hay para el sector, Euromonitor coincide en que debemos estar muy atentos a la evolución de la cosmética verde. De acuerdo con su último reporte, a partir del sexto mes de pandemia el consumidor hará explícito su interés por productos saludables y por soluciones DIY en las que pueda usar ingredientes naturales que tenga a la mano, de alguna manera compensando los excesos en productos de limpieza sintéticos y el desbordado uso de plásticos de un sol uso.

Y es hasta el doceavo mes donde su conciencia ecológica tendrá un salto significativo, migrando sus preferencias de consumo hacia productos transparentes, efectivos, botánicos y limpios, movilizando así la reinvención de ciertas categorías que se habían mantenido al margen de la química verde.

Como actores en la cadena de cosmética, cuidado e higiene personal, es clave que nos preparemos para seis escenarios que surgirán por el interés en productos sostenibles.

Tox-Free:

El consumidor pos-pandemia no estará dispuesto a asumir riesgos con su salud por el uso de productos que no sean estrictamente necesarios. Los productos (y químicas) que no tengan el soporte suficiente de seguridad para uso humano pasarán a un plano de menor relevancia por sobre aquellos que sí lo posean.

Cooking cosmetics:

Durante la cuarentena el consumidor ha tenido la oportunidad de probar ingredientes naturales y comestibles como alternativa cosmética, lo cual refuerza el hecho de que la belleza puede ser home-made. Las marcas deben prepararse para transformar sus formulaciones con ingredientes food-grade o diseñarlas para ser mezcladas y/o enriquecidas con ingredientes de la cocina tradicional.

Ecolocal Guarantee:

Finalmente la sostenibilidad se entenderá como un valor de marca que involucre el cuidado ambiental y el apoyo social. Las marcas que incorporen ingredientes locales, procesos verdes y recurso humano vulnerable, serás las líderes en este nuevo entorno de industria.

Sustainable Fashion:

Las grandes casas de moda (muchas de ellas con líneas cosméticas) están trabajando en el diseño de productos bajo los 7 principios de la moda sostenible: altamente demandados, verdes y limpios, de alta calidad y duraderos (brochas de maquillaje, por citar un ejemplo), justos y éticos, que involucren conceptos de reciclaje, justos económicamente y reutilizables (como el envase). La moda y el lujo al servicio de la sociedad.

Filling stores:

La tierra se está limpiando de impurezas, polución y suciedad, y los consumidores queremos cuidar este cambio. A partir de esto, la manera como solemos comprar productos de primera necesidad evolucionará a un modelo de refill en tiendas locales o a domicilio, facilitando (y premiando) el re-uso de empaques plásticos y la disminución en el uso el papel para etiquetas, cajas e insertos.

Healthification:

Se terminará de afianzar la categoría de higiene personal como la más importante y de mayor crecimiento, así como la extensión del beneficio de sanitización hacia otras categorías como maquillaje, fragancias y protección solar. No obstante, los productos de este segmento incorporarán ingredientes antimicrobiales naturales y lo suficientemente seguros para poder ser usados con alta frecuencia o en segmentos especiales como niños y personas con problemas de salud.

Aunque la situación que estamos viviendo como humanidad nos seguirá presentando retos complicados de sobrellevar, que a la vez abre oportunidades para reinventar la manera como diseñamos, fabricamos y comunicamos nuestros productos verdes, hoy más que nunca valorados por el próximo consumidor pos-pandemia.